Novena a la Virgen del Carmen: Cuarto día
Cuarto día: María y la Libertad
1. Acto Penitencial
2. Hecho de vida: La Promesa de Maipú
14 de marzo de 1818. El pueblo de Santiago y sus autoridades civiles y religiosas, don Luis de la Cruz, como Director Supremo Delegado, y Monseñor Ignacio Cienfuegos, Obispo de Santiago, ante el avance de los ejércitos españoles, bajo el mando de Osorio, acuden a la Catedral a depositar su confianza en la intercesión de la Virgen del Carmen y juran construir un Templo a su memoria en el lugar donde se afirmase para siempre la libertad de Chile.
Texto del Juramento
“En el mismo sitio
donde se dé la batalla
y se obtenga la victoria,
se levantará un Santuario
de la Virgen del Carmen,
Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile,
y los cimientos serán colocados
por los mismos magistrados que formulan este voto
y en el mismo lugar de su misericordia,
que será el de su gloria.
María y la Libertad: Sábado, 14 de marzo de 1818
O’Higgins como cristiano, carmelitano y Director Supremo de Chile asume la primera responsabilidad. Apenas a un mes de realizada la batalla emite un decreto ordenando el cumplimento de la promesa:
María y la Libertad: Santiago a 7 de mayo de 1818.
La Inmaculada Reina de los Ángeles en su advocación de Nuestra Señora del Carmen, fue jurada patrona de las armas de Chile, primero por el voto general de este pueblo por haber experimentado su protección en el establecimiento del Estado, que yacía bajo la opresión de los tiranos – mediante el esfuerzo del Ejército Restaurador de Los Andes – y después el 14 de marzo último, por el acto solemne en que concurrieron las corporaciones y un universo pueblo en la Santa Iglesia Catedral – al objeto de ratificar como ratificaron expresamente aquel juramento, ofreciendo erigirle un templo en el lugar mismo donde se diese la batalla a que nos provocó el General enemigo Osorio. No debe tardarse un momento el cumplimiento de esta sagrada promesa”.
3. Lectura: Romanos 6. 16 – 19 y 22 – 23
“Sabido es que si se ofrecen a alguien como esclavos y se someten a él, se convierten en sus esclavos: esclavos del pecado, que los llevará la muerte; o esclavos de la obediencia a Dios, que los conducirá a Dios, que los conducirá a la
salvación.
Pero, gracias a Dios, ustedes que eran antes esclavos del pecado, han obedecido de corazón a la doctrina que les ha sido transmitida, y liberados del pecado se han puesto al servicio de la salvación.
Les estoy hablando al modo humano, consciente de su dificultad para comprender.
Lo mismo, pues, que antes se entregaron como esclavos a la impureza, y a la maldad hasta llegar a la perversión, así ahora entréguense como esclavos al servicio de la salvación en busca de la plena consagración a Dios.
Ahora, en cambio, liberados del pecado y convertidos en siervos de Dios, tienen como fruto la plena consagración a él y como resultado final la vida eterna.
En efecto, el pago del pecado es la muerte, mientras que Dios nos ofrece como don la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.”
4. Meditación
San Pablo al hablar a los romanos les hace ver cómo el pecado es una esclavitud y Cristo vino a hacernos libres. La libertad es pues un atributo de los hijos de Dios.
Libertad es la capacidad para decidirnos por Dios, para amar a Dios y a nuestros hermanos. Cuando no somos dueños actos, estamos limitados como seres humanos y como hijos de Dios. El poder decidir nuestra vida, nuestros actos, nos capacita para actuar como hijo de Dios.
Cuando los Padres de la Patria quisieron hacer de Chile un país libre, estaban con eso dándonos esa dignidad. Por eso pusieron a la Virgen del Carmen al frente de esa empresa que comenzaba, porque Ella es nuestra Madre y quiere lo mejor para nosotros. La primera decisión de este país libre fue, pues, elegir a María, la Carmelita, como su Madre y su Reina.
Nosotros debemos saber usar esa libertad, saber decidirnos por Dios y saber vivir como verdaderos hijos de la Virgen del Carmen, en pureza, paz, fraternidad, justicia, amor.
Atentamos contra la libertad cuando nos esclavizamos a nosotros mismos por los vicios y el ocio o cuando esclavizamos a los demás por la injusticia, orgullo o la indiferencia.
5. Oración
Virgen del Carmen, Madre y Reina de Chile, haz de nuestra patria un país libre de toda esclavitud interior y exterior. Que el odio no nos separe, que el egoísmo no nos encierre en nosotros mismos y que en el corazón de cada uno de nosotros haya un Santuario desde donde tú ames a los demás y reines con misericordia, para que así tu Hijo divino sea glorificado en esta tierra que El ha bendecido por tu intermedio. Amén.
6. Peticiones
Por los que trabajan por la paz, la libertad y la justicia, para que siempre lo hagan con un corazón libre de todo odio y revanchismo, para que busquen sólo el bien común y no sus intereses personales o partidistas y para que su esfuerzo sincero no sea mal interpretado. Roguemos al Señor.
7. Oración final
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