Novena a la Virgen del Carmen: Quinto día
Quinto día: María y la Paz
1. Acto Penitencial
2. Hecho de vida: Juan Pablo II y la Virgen del Carmen de Maipú
Nuestra querida Patria, fue inmensamente bendecida, durante el largo y fecundo Pontificado de Su Santidad Juan Pablo II. No sólo su memorable y recordada visita a nuestra Patria en 1987, sino también hechos tan significativos y providenciales, como el Proceso de la mediación por la Paz entre Chile y Argentina, que culminó exitosamente con el Tratado de Paz y Amistad entre ambas naciones, sino también otra serie de gestos, como lo fueron la Beatificación y Canonización de nuestra primera santa chilena, Teresa de los Andes y la Beatificación del Padre Alberto Hurtado. Un hito importante fue la colocación de las dos coronas sobre las cabezas de la histórica imagen de la Virgen del Carmen y del Niño Jesús en la recordada mañana del 3 de abril de 1987 en el frontis del Santuario Nacional de Maipú.
Allí el Papa invocó la presencia honda y permanente de Dios en la vida de Chile con esta bella oración:
¡Virgen del Carmen de Maipú,
Reina y Patrona del pueblo chileno…
que bajo tu protección maternal,
Chile sea una familia unida en el hogar común,
una patria reconciliada en el perdón y en el olvido de las injurias,
en la paz y en el amor de Cristo.
Tú que eres la Madre de la Vida verdadera,
enséñanos a ser testigos del Dios vivo,
del amor que es más fuerte que la muerte,
del perdón que disculpa las ofensas,
de la esperanza que mira hacia el futuro para construir,
con la fuerza del Evangelio,
la civilización del amor en una patria reconciliada y en paz.
¡Santa María de la Esperanza, Virgen del Carmen y Madre de Chile!
Tú, que en cada hogar chileno tienes un altar familiar,
que en cada corazón chileno tienes un altar vivo,
acoge la plegaria de tu pueblo, que ahora,
con el Papa, de nuevo se consagra a ti.
3. Lectura: Efesios 2, 13 – 22
“Ahora, en cambio, en Cristo Jesús y gracias a su muerte, los que antes estaban lejos, han sido acercados. Porque Cristo es nuestra paz. El ha hecho de los dos pueblos uno solo, destruyendo el muro de enemistad que los separaba. El ha anulado en su propia carne la ley con sus preceptos y sus normas. El ha creado en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad, restableciendo la paz. El ha reconciliado a los dos pueblos con Dios uniéndolos en un solo cuerpo por medio de la cruz y destruyendo la enemistad. Su venida ha traído la buena noticia de la paz; paz para ustedes los de lejos y paz también para los de cerca; porque gracias a él unos y otros, unidos en un solo Espíritu, tenemos acceso al Padre. Por tanto, ya no son extranjeros o huéspedes, sino conciudadanos de fe que forman el pueblo de Dios; son familia de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas siendo el mismo Cristo Jesús la piedra fundamental, en quien todo el edificio, bien trabado, va creciendo hasta formar un templo sagrado al Señor, y en quien también ustedes van armando conjuntamente parte de la construcción, hasta llegar a ser, por medio del Espíritu, morada de Dios.”
4. Meditación
San Pablo en la carta a los Efesios nos hace ver que Cristo trajo la paz a todos los hombres, paz que es fruto del amor y del respeto mutuo; paz que significaba haber encontrado el verdadero sentido de la vida, que está en el amor. La falta de paz viene del deseo de poseer más, de tener más poder, de dominar a los otros. Esto viene de una inseguridad e insatisfacción con la propia realidad. Cristo nos trae el mensaje que Dios es nuestro Padre y eso le da el pleno sentido a nuestra vida y llena todos nuestros anhelos.
La Virgen del Carmen ha sido signo de paz en nuestra patria y en nuestra historia, porque ella nos ha ayudado a sentirnos hijos del Padre Celestial y a sentirnos cobijados y seguros bajo su manto materno.
En momentos difíciles de nuestra historia, como la guerra de la independencia; la revolución del 1891; el golpe de Estado de 1973; los conflictos limítrofes con Argentina, el pueblo de Chile y sus autoridades han recurrido a Ella y Ella nos ha ayudado.
Hoy quienes sufrimos una separación interna, debemos también ponernos bajo su manto protector para que Ella nos dé la paz haciéndonos descubrir que somos hermanos porque todos somos hijos del Padre Dios.
5. Oración
Virgen del Carmen, Reina de la Paz, a ti encomendamos la paz de nuestros corazones, en nuestros hogares, en nuestra patria y en el mundo entero. Protégenos de todo odio, guerra y división, vence la violencia con el amor y ayúdanos a vivir a todos como hijos de un Padre común. Amén.
6. Peticiones
Para que la paz reine en todos los pueblos y en todos los corazones, para que todos los que somos cristianos nos sintamos llamados a construir esa paz en torno a nosotros. Roguemos al Señor.
7. Oración final
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