Consagración del hogar a Nuestra Señora de las Lajas
Consagración del hogar a Nuestra Señora de las Lajas
Oración a Nuestra Santísima Señora de Las Lajas
¡Oh Señora sin pecado concebida ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Ángelus
V. El Ángel del Señor lo anunció a María.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…
Santa María…
V. He aquí la humilde esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…
Santa María…
V. y El Verbo de Dios se hizo carne.
R. Y vivió entre nosotros.
Dios te salve, María…
Santa María…
V. Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
ORACIÓN:
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que, quienes hemos conocido por el anuncio del ángel, la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por los merecimientos de su Pasión y Muerte en cruz, seamos llevados a la gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración a la virgen de las lajas
Madre nuestra de las Lajas, con la confianza mas grande y con el amor mas puro, llegamos a tus pies. Nosotros sabemos que, en la ternura de tu regazo, el afligido encuentra consuelo; el desvalido un auxilio; el enfermo alivio; el pobre mil esperanzas y perdón el pecador. Madre nuestra de las Lajas atiende los ruegos y plegarias que te dirigimos desde el fondo de nuestros corazones.
Guárdanos de los peligros, asístenos en las tribulaciones, socórrenos en nuestras necesidades, bendícenos y alcánzanos de tu santísimo hijo las gracias y bendiciones para llevar una vida buena y obtener una santa muerte. Amén.
Benedictus Lucas 1,68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando su misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre…
Magníficat (Lc 1, 46-55)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre …
(Para rezarla una vez cada mes)
Fuente: Las Lajas