Santa Teresa de Jesús La Oración Mental: se ha de hacer oración
Santa Teresa de Jesús La Oración Mental y Se ha de Hacer Oración
Es necesario hacer oración. Si se ama a Dios, se comunicará, se agradecerá, se pedirá al Señor: se acompañará a Dios. Dios manda orar y orar es amar. La necesidad humana obliga al hombre a pedir. Orar es también pedir. La petición es alabanza a Dios, pues reconoce nuestra impotencia y la misericordia divina.
La oración es una exigencia del corazón que ama y del que se encuentra necesitado. Jesucristo en el Evangelio expuso una parábola para hacer ver que conviene orar perseverantemente y no desfallecer (Luc., 18, i).
Jesús expresamente nos mandó:
Velad orando en todo tiempo (Luc., 2 1, 36), y nos dio el ejemplo siendo nuestro modelo en esto como en todo, pues se encarnó para darnos ejemplo de vida humana santa. Dice el Evangelio: Estaba Jesús entre día enseñando en el templo, y saliendo de la ciudad a la noche, la pasaba en el monte llamado de los Olivos (Luc., 21, 37).
Jesús se retiró a orar en un monte y pasó toda la noche haciendo oración a Dios (Luc., 6, 12). Jesús se subió solo a orar en el monte, y entrada la noche se mantuvo allí solo (Mat., 14, 23). Jesús dijo a los Apóstoles: Velad y orad para que no caigáis en la tentación (Marc., 4, 38).
La Virgen María conservaba todas estas cosas dentro de Sí, ponderándolas en su corazón (Luc., 2, 19). La Virgen oraba. En oración estaba cuando el ángel la anunció el misterio de la Encarnación.
Jesús oraba y enseñaba y mandaba orar a sus Apóstoles.
Es del Evangelio esta sencillísima y preciosa lección: Un día, estando Jesús orando en cierto lugar, acabada la oración, díjole uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar como enseñó también Juan a sus discípulos.
Y Jesús les respondió:
Cuando os pongáis a orar habéis de decir: Padre, sea santificado tu nombre (Luc., n , 1-2).
Entonces les enseñó la oración del Padrenuestro.
Jesús gustaba de orar solo y llevaba a los Apóstoles a orar en soledad cerca de El como en el monte Tabor o en el huerto de los Olivos.
Después de la Ascensión de Jesús al cielo, cuando vino el Espíritu Santo:
Estaban los Apóstoles en el cenáculo en compañía de la Virgen y de otros muchos discípulos reunidos en oración como habían estado los días anteriores a Pentecostés. Todos los cuales, animados de un mismo espíritu, perseveraban juntos en oración con las mujeres piadosas y con María, la madre de Jesús, y con los hermanos o parientes de Este (Luc., 1, 14).
Me parece es en este sentido de exhor les mandaba vivir también en el ejercicio de amor a Dios, o sea en la oración, que fue decirles:
Vivid en oración siendo almas de oración y cultivando y creciendo en el amor a M í y tratando Conmigo.
Por la importancia que los Apóstoles daban a la oración, se desentendieron de la administración de los bienes y de los litigios para empleamos ennomteramente en la oración y en la predicación (Hechos, 6, 4).
Más adelante pondré algunos textos de varias Constituciones y Decretos del Concilio Vaticano II, en los cuales se manda insistentemente la oración a seglares, sacerdotes y religiosos.
La oración está expresamente mandada y es exigencia apremiante del amor y de la necesidad. El que no ora es de temer que no ame ni lo procure, pues no lo pide ni gusta de estar ante la presencia de Dios ni en su compañía.